La vez que la vida me desconectó para que me conecte
Un día clave, sin internet, a cinco grados bajo cero y sin control de nada. A veces la vida te desconecta de todo para recordarte algo simple: volver a vos.
VIAJESHISTORIAS PERSONALES
12/16/20251 min leer
Bueno, me acaba de pasar algo que no me gusta que me pase.
Imprevistos.
De esos que te sacan de eje.
¿Pero qué puedo hacer?
Nada.
Resolver de la mejor manera posible.
Y, si puedo, disfrutar de lo que me pasa… porque significa que estoy vivo.
Hoy era un día clave para mi laburo.
Un día en el que no podía fallar.
Y fallé.
No tuve control de nada de lo que pasó.
En Orsha, la casa en Rusia donde estamos viviendo, no había internet.
Así que me tomé un taxi y me fui a Tver, a unos veinte minutos, donde los padres de mi cuñado tienen un departamento y donde siempre hubo internet.
¿Cómo iba a pensar que justo hoy no iba a haber?
Ni wifi.
Ni datos en el celular.
Nada.
Ahora me río, ya fue…
pero qué calentura agarran, eh.
Aunque, pensándolo bien, no debería haberme agarrado calentura, porque hice todo lo que pude.
Cuando entendí que el wifi no iba a funcionar, me fui a caminar.
Y encima no podía volver, porque no tenía cómo comunicarme con mi cuñada para pedir un taxi.
Estaba varado.
Jajaja.
Afuera, nieve.
Cinco grados bajo cero.
Yo caminando por las calles para ver si agarraba internet en el celular…
y nada.
Increíble.
Así que bueno, más o menos me ubiqué con un bar que me había recomendado mi cuñado y me vine.
Y acá estoy: tomándome un té negro calentito espectacular y fumándome una shisha increíble.
Qué sé yo.
La vida son momentos.
Y si bien uno no quiere que pasen estas cosas, hay que aceptarlas como vienen y disfrutar de cada instante, aunque no sea lo que esperabas.
Encontrar la enseñanza en cada cosa que nos pasa, porque para algo pasan.
Capaz la enseñanza de hoy es simple:
cuando la vida no te deja apretar “conectar”,
es porque quiere que conectes con vos.